Monday, December 6, 2010

Viuda Italiana

Sí, en un punto es verdad, cansa, como una convivencia cirscunstancial, forzada por el hecho de que como decías, tenemos que planear vernos. Yo no me fastidie tanto, recién hoy me sentí bien porque no estabas, me gustó tu ausencia hoy a la tarde, a pesar de esa tristezaindefinible.
Igual pasó, "hoy ya termina".
Debe ser la baja presión. Pero no mía, del ambiente. Estupidiza.
Mañana tal vez, tenga muchas ganas de dormir con vos. O de darte un beso bien largo y un abrazo y volver a dormir con los gatos.
Suena el teléfono. Son las 7 p.m. aproximadamente. Y tu voz del otro lado, inconfundible. Hablamos, me contaste que tu padre nunca te avisó de mi llamado, como era obvio. Me contaste del centro de rehabilitación, que no te dejaban estar sola y que estabas prácticamente encerrada en tu casa. Volviste de la muerte. Estabas otra vez de este lado. Y me sentí feliz, un minuto acaso dos. Me pregunto sobre vos todo este tiempo, y no habría nada mejor que me sorprendiera el timbre, a la misma hora un día de estos.
Las diferencias, la rueda que gira, y ahora poder llegar hasta tu puerta, darte un beso y seguir. Eso estaría muy bien. Como si nunca me hubiera ido, o vos te hubieras quedado.
A veces la gracia también está en extrañarte viuda italiana.