Wednesday, January 12, 2011

Dos versiones de una misma historia

Agarré un palo de escobillón, esos de chapa forrada con un plastico verde Y ENTRÉ A DARLE APUÑALANDO EL POZO COMO UN DEMENTE. Y de pronto: el milagro.
Las aguas empezaron a descender por el pozo, muy rápidamente. Y prendí un faso. Y después le eché un kilo de soda caústica. Y cerré las ventanas. Y me senté en el sillón con los gatos, fumé el faso, les conte lo grande que soy.


El otro día te conté que cuando llovió se me inundó el patio?
Hoy fui a lo del Deivi y antes de salir vi que el patio se habia inundado un poquito
espontáneamente
Cuando volví estaba flotando la caja grande de los gatos y se había inundado todo. Y yo traía un kilo de soda caústica.
Agarré un fierro, y le di como un loco para agujerear la podredumbre mientras me fumaba un pucho.
No iba a meter la mano ahí.
El palo del escobillón que es de chapa finita. Y le di, casi lo quebré por la mitad, se doblo, se rajo casi entero. Y de pronto se abrieron las aguas.
Ah no. De pronto se empezó a ir el agua a toda velocidad por el agujero. Y me prendí un faso. Y luego, le mandé el kilo de soda caústica al hueco en el patio. Y herví una pava de agua y le tiré despues de un rato, y después de otro rato una de agua fría como me dijo el Deivi.
Y salí campeón.