Los besos perdidos
acurrucados en silencio entre los libros,
me llaman desde el otro lado del teléfono negro
como un escarabajo sin ojos
sobre mi mesa.
Aliento de la nada empañando el vidrio del recuerdo
esta noche sin luz, bajo la sombra de una vela verde.
Afuera la lluvia quiere decir tu nombre.
Y yo quiero escucharte respirar
desnuda entre mis sábanas.