Respiro viento
no encuentro.
Algo me dicen no entiendo.
Miro las luces,
caracoles blancos por la avenida.
Sigo de largo
la noche se esconde
en los labios de cemento de la vereda.
Por la esquina
asoma un caparazón negro metálico.
Un auto que despacio
quiebra la niebla con su ronroneo.
Es la hora en que los hombres sueñan o mueren.
Y las sombras
se parecen todas
como las nubes
antes de la lluvia.