Tirados en el pasto.
Los viejos muros de la cárcel,
ya derrumbada.
La madrugada es una estela delirante
que se te enreda en el pelo.
Y los bares ya cerraron.
Es necesario el parque.
El tiempo
haciéndose presente,
como un escarabajo
que nos mira dormido,
acaso
soñando.