no hay ensueño de sangre
ni amparo del viento
cubierto de chapas y adoquines
cuando se acerca el invierno
entre las mesas y los baldíos
entonces sólo interesa que existas
entre tanta miseria
sobrevivas a la suma de los días
y yo pueda encontrarte
para inventar los jazmines
y los abriles en algun cuarto.